Varias generaciones de lectores pasaran varios dias de su vida leyendo las aventuras que Mujercitas y Hombrecitos contaban. Esto, por supuesto, no sucede en la actualidad donde los niños prefieren ver las peliculas -ni siquiera leer los libros- sobre un mago llamado Harry Potter.
En realidad, no es que los niños no quieran leer sino que las costumbres han cambiado de tal manera que nadie parece dispuesto a mirar el pasado a ver que maravillas oculta, odos estan demasiados ocupados mirando hacia el futuro, intentando descifrar hacia donde esta el nuevo filon que hara nacer, como Facebook, nuevos millonarios.
La importancia del pasado, sin embargo, sigue siendo fundamental porque como dijo el gran filosofo George Santayana: quien no conoce el principio esta condenado a repetirlo (frase que es facilmente comprobable al ver la historia reciente).
En el pasado los niños, por ejemplo, vivian una vida mas sencilla, lejos de magos adolescentes y pantallas de computadoras, ocupados como estaban en disfrutar el aire libre junto a sus amigos, parientes y vecinos.
Cada dia de esos niños que crecieron en la decada del treinta, cuarenta o cincuenta, terminaba su dia de la misma manera: tomando las hermosas naranjas de los huertos familiares y comiendola lenta y placenteramente.
Ese placer hoy puede ser recuperado gracias a un joven grupo de agricultores que cultiva las mejores naranjas de Valencia, naranjas desarrolladas con metodos naturales y sin ningun ingrediente quimico lo que permite mantener su sabor original intocado.
Para saber más al respecto ingrese en el sitio web de estos jovenes agricultores: www.naranjasdelmijares.com/

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