El déficit hídrico, por mal reparto y no por escasez, dice Gorbachov El ex líder soviético y Premio Nobel, ayer en la capital oscense El premio Nobel de la Paz y último líder soviético, Mijail Gorbachov, afirmó ayer en Huesca que el déficit hídrico que padece buena parte de la humanidad se debe a la mala gestión y no a la escasez. Reconoció que las guerras de las próximas décadas tendrán como objeto el agua y abogó por la cooperación para resolver los conflictos. Gorbachov acudió a la capital oscense para presentar el libro `Agua para la Paz. Paz para el Agua`, que ha editado la Expoagua en su colección `Palabras del Agua`. Mijail Gorbachov defendió ayer en Huesca la cooperación como sistema de prevención y resolución de los conflictos del agua, cuya mala gestión y distribución va a ser problema fundamental en el futuro inmediato. El Nobel de la Paz y último líder soviético aseguró que observa una desazón mundial proveniente del temor por la seguridad y por el proceso general de rearme.
Agregó que vuelven los criterios geopolíticos de la guerra fría y abogó por dar el paso para la participación de la sociedad civil e implicarla en la construcción de la paz y en la gestión sostenible de los recursos. Pese al desconcierto que aprecia en la humanidad, no quiso ser catastrofista: “Llena de esperanza que, a pesar de estos conflictos, el diálogo no se desvanece, no desaparece del todo y esto es un elemento esperanzador”. Gorbachov presentó en la capital oscense el libro “Agua para la Paz. Paz para el Agua”, que edita la Expo dentro de la biblioteca “Palabras del Agua”. Fue el último acto de las sesiones organizadas en Huesca con motivo del acontecimiento zaragozano.
En el libro, el propio Gorbachov, junto con varios expertos y dirigentes mundiales, expone las observaciones y reflexiones de Cruz Verde sobre el problema del agua, especialmente en su gestión y distribución. “Green Cross” se presenta como una suerte de Cruz Roja del Medio Ambiente. El mentor de la entidad fue precisamente Mijail Gorbachov en 1989. Su propuesta consistió en crear una organización que respondiera a emergencias ecológicas y ofreciera soluciones para problemas ecológicos transfronterizos. La idea se materializó en 1993, luego de tomar forma en la Cumbre de Río de 1992, a través de la invitación de Gorbachov a diversas personalidades de todo el mundo. En la actualidad, la entidad trabaja en tres líneas estratégicas: la prevención y resolución de conflictos que tengan como objeto recursos naturales, la actuación sobre las consecuencias ambientales de guerras y conflictos y la promoción del cambio de valores y actitudes. El Premio Nobel de la Paz habló de la responsabilidad colectiva para prevenir los futuros conflictos basados en el agua, valorando la situación de modo realista, especialmente en las zonas hídricas compartidas entre países. “Hay una interrelación entre agua y guerra y es necesario colaborar de manera común”. “El problema del déficit del agua surge no debido a la escasez, sino a la mala administración y a la inadecuada distribución”, afirmó. “La fuente del problema es el uso despilfarrador que hace que se pierda en grandes cantidades en usos urbanos y agrarios”. Defendió el transporte de agua a las zonas que carecen de este recurso y la imposición de un precio, manteniéndolo ajeno a dinámicas especulativas y al juego empresarial, advirtió: “El mundo empresarial trata de privatizar y actúa según márgenes de beneficios y eso es inaceptable desde todo punto de vista”. “El agua es ya un factor dentro de la seguridad global”, y citó al ex secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, para mostrarse de acuerdo con su opinión de que las guerras del futuro sean las guerras del agua. La reflexión sobre mala administración de este recurso es aplicable, dijo el Nobel de la Paz, al conjunto de las reservas energéticas. “Los recursos no están distribuidos de manera equilibrada, pero sí es posible utilizarlos de manera racional sobre la base de cooperación partiendo siempre del entendimiento, de una cosa que es tan simple como el respeto a los intereses de cada nación, no sólo de las naciones poderosas sino de las no poderosas, que agrupan a 5.000 millones de personas”, proclamó Gorbachov. Subrayó que las naciones deben pensar que se enfrentan a grandes retos que no pueden resolver por sí mismas. UN MUNDO INQUIETO Mijail Gorbachov observa con preocupación la situación de la humanidad, lejos del optimismo de los años posteriores a la guerra fría: “La inquietud va creciendo, va en aumento en el mundo, la gente se encuentra desconcertada, está pasado una cierta angustia porque es el sentir que el mundo está en el umbral de algo que asusta y creo que la gente que vive en países distintos, que habla idiomas distintos, tiene algo en común, este sentir diario que hace pensar que no todo va bien. Hay cierta congoja, cierta zozobra y no podemos cerrar los ojos ante ello”. Advirtió del crecimiento del sector bélico y de los presupuestos de armamento en un proceso de militarización que se encuentra en pleno desarrollo. En esta dinámica, “cuando surge el conflicto, falla la paciencia y la primera solución que se le ocurre a la gente es coger el arma”. Se mostró convencido Gorbachov de que el origen del terrorismo es la pobreza, en la que recluta sus brazos armados. Asume el lema “otro mundo es posible”, basado en otro tipo de política, con participación activa y decisiva de los ciudadanos. “Es muy importante tener en cuenta la opinión de la sociedad civil, no se puede infravalorar o, sin este factor, la política no podrá cambiar”, afirmó. En esta línea, se mostró convencido de que toca a su fin la etapa del mundo construido sobre principios de la geopolítica “que se ha revelado inconsistente”. “Lo que hemos visto durante la guerra fría no debe ser elemento de la vida actual porque los desafíos son enormes, la seguridad, el terrorismo, el clima... no podemos resolverlo actuando por sí solos, porque ni el país más poderoso del mundo podría resolverlo”.
Por esta razón, mostró su convencimiento de que son necesarios cambios respecto a la política tradicional. “Hay que fomentar un cambio y poner en primer plano el papel que ha de desempeñar la sociedad civil”, aseveró. Textos extraidos del periódico online:www.diariodelaltoaragon.es
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