Fútbol: La felicidad se instala en El Alcoraz Un gol de Paco en el minuto 89 dio el triunfo al Huesca ante el Osasuna ¿Qué más se puede pedir?. La felicidad se ha instalado en El Alcoraz desde hace un par de campañas y la presentación ayer del equipo de Calderón no pudo tener mejor final, como si fuera una prolongación del éxtasis que está viviendo la afición desde que se logró el ascenso a Segunda. S.D. HUESCA 1 OSASUNA 0
S.D. Huesca: Eduardo (Miguel, minuto 46), Robert (Jaume, minuto 48), Paco, Corona, Camacho (Edu Roldán, minuto 66), Erice (Sorribas, minuto 46), Pérez Rubio (Felipe, minuto 46), Lalo (Vara, minuto 46), Rubén Castro (Ramón, minuto 66), Roberto (Sastre, minuto 71) y Rodri (José, minuto 46).
Osasuna: Roberto, Flaño, Cruchaga (Shojaei, minuto 70), Astiz, Monreal (Azpilicueta, minuto 62), Oier, Sunny (Esparza, minuto 59), Héctor Font (Elías, minuto 82), Delporte (Roversio, minuto 70), Portillo (Pandiani, minuto 59) y Dady (Eslava, minuto 82). ÁRBITRO: Martínez Turón, ayudado por Mateo y Cuartero.
GOL: 1-0 Minuto 89: Paco, de falta directa.
INCIDENCIAS: Tarde agradable y cerca de 2.000 espectadores en el remozado Alcoraz. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Ricardo Cañiz, ex presidente del Huesca. En los prolegómenos, Pascual Piedrafita, presidente de la Peña Osasuna de Huesca, entregó a los navarros una placa por su visita a Huesca. Para que la fiesta fuera completa llegó el gol de Paco en el último suspiro, aunque la victoria ante un Primera como Osasuna se puede considerar anecdótica y no hay que sacar los pies del tiesto, pero las sensaciones siguen siendo positivas y se entrena y trabaja mucho mejor si los resultados acompañan. Además, para los aficionados más reticentes o negativos puede suponer un banderín de enganche fenomenal, pero los análisis en estas situaciones suelen ser traicioneros y los que se preocupaban hace una semana por el empate en Ejea no pueden ahora levitar por encima del paraíso. Menos mal que los jugadores y técnicos del Huesca no se dejan arrastrar por esas corrientes. Son conscientes de la influencia que tiene la motivación cuando se enfrentan dos equipos de diferente categoría, y más en pretemporada. Dicho todo esto (que no suena a jarro de agua fría), a nadie se le puede esconder que el juego del Huesca sigue creciendo, que las consignas del técnico están calando y que hay mimbres para construir un equipo competitivo. Ayer, en el once inicial, había ocho jugadores de la pasada campaña, y la pareja de centrales formada por Paco y Corona dejó constancia de su solidez ante la envergadura de Dady y la picardía de Portillo. En las bandas, el incombustible Robert no está dispuesto a regalar nada, y Camacho cada día parece más asentado. Por delante, en este periodo inicial, se colocaron Erice y Pérez Rubio. Dos pivotes distintos pero complementarios. El navarro se hizo notar ante sus ex compañeros y el zaragozano dejó constancia de su clase. En las bandas, Lalo y Rodri cumplieron a la perfección y la dinamita arriba no explotó pero fue una quebradero de cabeza para la zaga Osasunista. Roberto sigue enchufado y tuvo un par de remates de cabeza que no fueron gol de milagro, mientras que Rubén Castro fue su perfecto complemento, con velocidad para provocar un par de sustos y en la segunda parte fue objeto de un claro penalti que el árbitro no sancionó. En Osasuna, con una zaga bien puesta, sólo hubo un par de chispazos de Portillo que acabaron en gol pero que fueron anulados por posición ilegal. Lo pero fue el golpe que recibió Erice y por el que fue cambiado para evitar males mayores. Tras el descanso se mantuvo la inercia. Robert, con molestias lumbares, dejó su sitio a Edu Roldán nada más empezar, pero el equipo siguió con el 4-4-2 manteniendo la zaga y con Felipe y Sorribas en los pivotes. Vara y José Vegar ocuparon las bandas y arriba siguieron Roberto y Rubén. El Huesca perdió algunos metros, pero Osasuna nunca llegó a inquietar con verdadero peligro salvo una colada hasta el poste de Portillo que no supo que hacer y permitió que Paco neutralizara la amenaza. Antes de ser sustituido, Rubén fue derribado por Flaño pero el árbitro no quiso saber nada y se comió el claro penalti; y tras la marcha de Roberto, los azulgranas cambiaron el dibujo conforme entraron los relevos. Edu Roldán se quedó en la derecha y Jaume lo hizo en la izquierda para arropar a los intratables Corona y Paco, mientras que Sorribas asumió el mando en el pivote por detrás de Vara, Felipe, Sastre y José, con Ramón como única referencia en ataque. Este regreso al pasado (4-1-4-1) revitalizó las cada vez más escasas fuerzas de los protagonistas, aunque fue Osasuna el que más acusó los cambios. Las entradas por la banda de José, el criterio de Sastre, el empuje de Sorribas, Vara y Felipe y la velocidad de Ramón hizo que el público se fuera creciendo y considerara que el empate dejaba un buen sabor de boca, porque el juego hace ratos que les había convencido. El colofón lo puso Paco al lanzamiento de un libre directo que provocó con picardía Ramón. El disparo del sevillano encontró un hueco en la zaga y dejó a Ricardo petrificado. Al final, justo premio y mención especial para todos los azulgranas porque nadie desentonó, aunque hubo algunos por encima del resto y sólo faltó evaluar a los porteros por falta de trabajo. El Huesca demostró que hay un trabajo que viene de lejos, de dos temporadas atrás, y que el bloque de mármol existe, ahora le toca a Calderón cincelar y afinar las formas para que el cuadro escénico resulte atractivo y, lo que es más importante, sea capaz de competir al nivel de una liga tan exigente como la Segunda División. Hasta la fecha, todas las noticias son positivas y ofrecen motivos para confiar en un equipo que se vez capaz de afrontar la aventura más importante de su historia. Luego la liga pondrá a cada uno en su sitio, pero el impulso vitalista que lleva el club invita al optimismo. Textos extraidos del diario digital:www.elaltoaragon.es
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