El Rayo fulmina el sueño copero El Huesca tuvo el triunfo en el bolsillo con mejor fútbol, pero se le escapó cuando encajó el empate al final y llegó la prórrogaLa desgracia se cebó con el Huesca en el último suspiro, con la victoria en la mano, y el Rayo fulminó el sueño copero con el gol que propició la prórroga y un tiempo extra de mayor entereza y contundencia. La virtud de los de Vallecas es que supieron estar vivos hasta el final para sacar provecho de una de las contadísimas ocasiones de que dispuso -por no decir la única- y meterse en la prórroga crecido. HUESCA 1 RAYO VALLECANO 3 S.D. Huesca: Miguel, Robert, Jaume, Corona, Edu Roldán, Paco, Vara (Ramón, minuto 67), Sastre, José, Rubén Castro (Erice, Minuto 89) y Nico Medina (Roberto, minuto 76). Rayo Vallecano: Cobeño, Coke, Serrano, Salva, Lloréns, Diame (Hugo, minuto 65), Collantes, Manolo, Rubén Reyes (Yuma, minuto 65), Perera (cofre, minuto 78) y Pachón. ÁRBITRO: Caballero Herreros (Riojano). Tarjetas amarillas a Vara, Corona y Ramón por el Huesca y a cofre por el Rayo. GOLES: 1-0 Minuto 61: Rubén Castro, de penalti. 1-1 Minuto 93: Coke. 1-2 Minuto 104: Pachón. 1-3: Minuto 107: Pachón. INCIDENCIAS: Gran ambiente en El Alcoraz, con más de 4.000 aficionados en las gradas. Se guardó un minuto de silencio a petición del club madrileño por el padre del doctor González, que fue médico del Atlético de Madrid y su hijo es en la actualidad jefe de los servicios médicos del Rayo y miembro de la Federación Española. Media hora de añadido que fue una losa para un Huesca lastrado por el mazazo que supuso el tanto del empate y con un desgaste enorme en sus piernas. El Huesca pagó en sus carnes la novatada, esa falta de `perrería` que el guión del momento exige para saber matar el partido con oficio y dejar pasar el tiempo con cabeza. El trago acabó siendo amargo aunque la impresión que dejó el equipo fue buena porque volvió a dejarse el alma en el campo con un espíritu y un trabajo irreprochable. Lo mejor es que estas lecciones se aprendan ahora y en una competición que para el Huesca tiene la importancia que tiene. Lo peor, evidente, es la cara que se te queda. El Huesca debe estar agradecido al Zaragoza por la pifia de haberse dejado escapar a un gigante como Sastre. El centrocampista azulgrana impartió todo su magisterio desde la línea de creación y fue el motor del equipo hasta que se la acabó la gasolina. Sobre él pivotó el fútbol del Huesca, en el que se combinó derroche de energías y calidad. Cuando Sastre no pudo tirar del carro, el contagio fue general. Calderón dibujó sobre el campo un 4-1-3-2 en el que Sastre buscó en bandas a Vara y José y completando el rombo tuvo por detrás a Paco -que también estuvo enorme mientras le acompañaron las fuerzas, como al resto- y por delante a Rubén Castro, de nuevo coloso, y el debutante Nico Medina. Huesca y Rayo se enchufaron al partido con instinto copero. Los primeros minutos se jugaron con un ritmo trepidante y viajes de ida y vuelta en ambas porterías. El primero en llegar al área, nada más ponerse el balón en juego, fue el Huesca, con una arrancada de Vara y la respuesta la dio el rayista Pachón con un remate que rechazó Miguel. Poco después José trató de conectar con Nico Medina, y la duda que nos queda es si el delantero chileno no fue empujado dentro del área cuando estaba presto al remate. Fue la primera decisión de otras muchas que el público protestó al árbitro durante el primer periodo. A él y al asistente que llevaba el ataque oscense, empeñado en levantar la bandera hasta cuando el fuera de juego era inverosímil. Y aquí, por ejemplo, nos llega a la memoria uno señalado a Rubén Castro cuando el balón lo había tocado un defensa del Rayo y el canario ponía la directa. Tras las acometidas iniciales, en las que el meta Miguel anduvo un tanto nervioso, el encuentro fue calmándose. El Huesca siempre buscó a Sastre como referencia en la línea de creación y fue poco a poco el conjunto azulgrana quien tuvo más presencia en el campo del Rayo, pese a que le faltó ese punto de profundidad que permite llegar al último pase con capacidad para definir. Vara la tuvo a punto de caramelo al intentar sorprender con una vaselina que se le fue alto por los pelos, también Nico Medina llevó peligro en una buena jugada de ataque iniciada desde atrás por Edu Roldán y la mejor ocasión llegó al filo del descanso en un centro de Robert desde la derecha que Rubén, metiéndose entre líneas, culminó con un tiro cruzado que salió lamiendo el poste. En la segunda parte, y tras un arranque en el que el Rayo pareció más decidido, el Huesca tuvo la pegada suficiente para desequilibrar la balanza. Una nueva aparición de Vara, que entró en el área como un cohete, obligó a Serrano a interponerse en su caminoy forzar penalti. Rubén no se encogió y supo engañar a Cobeño para adelantar al Huesca en el marcador. Con el gol el Huesca se vino arriba y puso contra las cuerdas a un Rayo que no tuvo capacidad de maniobra para estirarse. Los azulgranas tuvieron la sentencia en su mano en una preciosa jugada en la que Paco abrió a la derecha, pero ni Ramón ni Rubén atinaron a embocar. Justo es decir también que los cambios introducidos por el Rayo le dieron frescura para salir del atolladero en el que estaba. En la última jugada Jofre se fue como una bala por el costado izquierdo y su centro medido encontró el cabezazo perfecto de Coke anticipándose a la defensa y a un dubitativo Miguel. En la misma medida que el gol resucitó al Rayo, fue mortal de necesidad para el Huesca. En la prórroga el cuadro vallecano tuvo en Pachón a su arma letal para remachar el triunfo con dos goles incontestables ante un conjunto oscense sin capacidad de respuesta y con el gesto cariacontencido. textos extraidos del periódico online:www.diariodelelaltoaragón.es
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